Desde una
postura crítica, deberíamos
formar profesores
que quieran mejorar la realidad con la que se encuentran. Ser profesor y exigir todo. A pesar de que la realidad sea compleja (Morin, 2000), no hemos de conformarnos con reproducir estructuras decimonónicas que cualquier persona de esta época reconocería. Es fundamental desarrollar profesores reflexivos que, desde la práctica, sean capaces de mejorar (Schön, 1992); utilizando la
reflexión
previa a la acción, en la acción y después de la acción, entrando en el bucle de la investigación-acción. De este modo, se llegará desde la realidad a mejorarla y propiciar cambios favorables.
Así, según Rodríguez, 2002: “Es aquí donde se ubica el objetivo prioritario de formar a los estudiantes de Magisterio en Prácticas como profesionales reflexivos; los que integran la teoría y la práctica en una
espiral
continua de reflexión-acción-reflexión”. Por tanto, el modelo reflexivo en la formación de maestros tiene que llevar también a impulsar comunidades de aprendizaje desde una
perspectiva crítica. De esta manera, se favorece el cambio en las instituciones (Gutiérrez Cuenca, 2009) y se desarrollan profesionales en el uso de estrategias; las que ayudarán a éstos a aprender de su acción docente y de las acciones docentes de los demás (Pollard, 2002, Shulman y Shulman, 2004).
Así las cosas, la transferencia del conocimiento de la universidad a los centros educativos y de los centros educativos a la universidad debería ser bidireccional. En la mayoría de los casos, nos encontramos con profesores de la Universidad que no han tenido experiencia en los centros educativos y que les cuesta acercarse a ellos; también son frecuentes maestros de las escuelas donde su
renovación pedagógica
quedó paralizada cuando salieron de las aulas universitarias. Ser profesor y exigir todo.
Por tanto, si fuese posible esta relación, los
estudiantes
se beneficiarían extraordinariamente. Así, hasta en el supuesto de que la realidad no coincidiera con la teoría universitaria o que la teoría universitaria se alejara de la realidad del aula, habría posibilidad de hacer esa transferencia. Se podría profundizar en las razones, causas y motivos para que se den esas circunstancias. Es vital que podamos llevar la teoría a las aulas y también construyamos teoría a partir de la práctica. Estimación de la universidad en la formación docente.
En consecuencia, la Universidad debería crear puentes sólidos y fluidos entre la
didáctica general
y las didácticas específicas y los centros. Ser profesor y exigir todo. Esto contribuiría también a la creación de un conocimiento pedagógico bien fundamentado y útil para los profesores y los colegios de prácticas. Así, sería necesario también gestar la investigación conjunta entre Universidad y Escuela, para que diera lugar a programas de
innovación educativa. Estos programas posibilitan la formación de los profesores y puesta en marcha de nuevas experiencias.
Al hablar de innovación, es necesario implantar un modelo de partnership, que se está llevando a cabo en muchos países, con éxitos comprobados. Así según Morrison y Marshall, 2003: “En nuestra relación universidad-distrito escolar, los formadores de profesores se reúnen periódicamente con el personal del distrito escolar para solicitar su input y diseñar e implementar los programas de la universidad… trabajan mano a mano con los miembros del profesorado de la universidad para planificar e implementar los
cambios curriculares”.
Hablamos pues de la posibilidad de que el modelo de prácticas implantado en las universidades pueda ser debatido en los centros educativos. De esta forma, se conforma un principio de acuerdo conjunto. Acuerdo que va a redundar en la mejora de las prácticas de los estudiantes y una implicación profunda por parte del profesor del aula. Cobra importancia la estimación de la universidad en la formación docente. Ser profesor y exigir todo.
En este orden de cosas, no es admisible dejar sólo en la evaluación el trabajo conjunto “centros educativos – universidad”. Así, el profesor de aula cumplimenta el informe de evaluación, más o menos detallado (evaluación cuantitativa y/o cualitativa) para hacerla llegar al profesor de Universidad. Además, es necesario establecer un sistema de
coordinación conjunta; el profesor del aula puede aportar así el seguimiento conjunto que se está llevando a cabo con el estudiante. Por tanto, la consecución de este aspecto pasa por desarrollar una cultura de colaboración. En ella, comenzando con los periodos de prácticas, se extiende a otros proyectos, investigaciones o innovaciones pedagógicas, que se realizarán de forma conjunta.
Finalmente, muchas investigaciones sobre las prácticas incluyen que en la supervisión de las prácticas para la formación de los profesores, se debe dar una triada; estará compuesta por el futuro profesor, el profesor de prácticas y el profesor de la universidad (Morrinson y Marshall, 2003). Así, Huling y Resta (2001), expone la importancia de que los profesores de los centros se conviertan en mentores. Esto daría lugar a varios beneficios: competencia profesional, práctica reflexiva, y renovación. En la primera, los profesores pueden beneficiarse de las destrezas que intentan fomentar en sus tutelados, así como de las ideas que puedan llevar los estudiantes en prácticas. En la práctica reflexiva, el hecho de ser mentor lleva implícito reflexión sobre la propia práctica. Finalmente, en la renovación se obtienen beneficios psicológicos, que aprota satisfacción a los mentores. Estimación de la universidad en la formación docente.
Para terminar, con las técnicas mencionadas conseguimos contribución al
liderazgo
del profesor y un incremento de la investigación. Del mismo modo, los profesores de la Universidad pueden beneficiarse de una buena tutoría aumentando su propia competencia profesional; la reflexión, la capacidad de colaboración y el desarrollo de proyectos conjuntos con los centros educativos, en innovación y en investigación, arrojará cambios. De este modo, dará lugar a profundas reformas en nuestro sistema educativo. ¿Son necesarias?. En esta línea,
Método Singapur
es un sistema probado y reconocido en excelencia educativa a nivel mundial.