En esta línea, según Sixto Arias, auténtico experto en la materia, estamos inmersos en la era de la revolución digital; cada nuevo término, es utilizado para definir una nueva tecnología que afecta significativamente a diferentes aspectos de nuestra vida. Por tanto, las personas y las empresas necesitan adaptarse rápidamente a todos los cambios tecnológicos que se están produciendo; la sociedad debe ir formándose gradualmente para poder beneficiarse de todos estos avances, principalmente en educación debido al impacto del COVID-19.
Así las cosas, es vital enfocar la forma de aprender de niñas y niños. Se trata de una educación emocional, en la que cada sujeto pueda alcanzar un óptimo grado de bienestar social y emocional. Así, se ha de dotar a los pequeños de estrategias y tácticas que favorezcan el autoconocimiento de sus talentos. En consecuencia, se promoverá el desarrollo de habilidades de pensamiento con una mente abierta y creativa en los pequeños. Desafío profesional de futuro: aprendizaje.
En la actualidad, asistimos a una educación en la que es necesaria la cooperación entre familia, escuela y comunidad. Se trata de conexión y cooperación necesaria para aprender y experimentar en cualquier lugar. Así, los cambios del sistema educativo han de orientarse hacia el desarrollo de competencias de los estudiantes; promoción de la autonomía, adaptación, tratamiento de información, etc. de la sociedad digital con una reforma del currículo.
Finalmente, el aprendizaje debe producirse de forma natural, partiendo de los intereses del alumno y de lo que ya sabe. El nuevo rol del profesor, debe ser de orientación y apoyo para generar las condiciones en las que el alumno construya su propio conocimiento; ha de reconfigurarse la formación del docente. Desafío profesional de futuro: aprendizaje. En conclusión, se trata de formar ciudadanos colaborativos, capaces de desarrollarse en todos los niveles sociales y de enfrentar los retos del nuevo siglo.